miércoles, 9 de abril de 2014

La educación sexual es un tema que la mayoría de los padres deja en manos de las escuelas, sin embargo, no hay que permitir que la posible incomodidad evite una comunicación abierta entre padres e hijos. Los padres realmente marcan una diferencia cuando hablan con sus hijos acerca de sexo, adolescentes que reportan haber tenido una buena comun
icación con ellos, son más dados a retrasar el inicio de su vida sexual, tener menos parejas, y usar métodos de protección y anti concepción cuando deciden mantener relaciones. Hablar de esto con los adolescentes no siempre es fácil, tanto para padres como para hijos, y hay ciertos puntos que son importantes al momento de hacerlo. No hay que simplemente hablar, es importante también escuchar y atender a sus preguntas y dudas. El respeto es crucial, tratarlos como si aún fueran niños evita el acercamiento y la confianza, la comunicación debe ocurrir en un mismo nivel. Su punto de vista también es importante, hay que hacerles saber que ante todo existe comprensión por lo que piensan y sienten. Aceptar en voz alta que es un tema que puede resultar incómodo, y mantener una actitud relajada ayuda a mantener un dialogo más relajado y fluido. Es mejor comenzar a una edad temprana y mantener una comunicación constante, esto crea relaciones más fuertes entre padres e hijos y logra prevenir situaciones poco deseadas tales como embarazos en la adolescencia, relaciones perjudiciales y enfermedades de transmisión sexual. 4Share0Share0Share0Share
Siete de cada diez padres tienen miedo de hablar de sexualidad con sus hijos y creen que la escuela y los medios de comunicación están más capacitados para responder las dudas de los adolescentes sobre el sexo, reveló ayer una encuesta del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM). El estudio cualitativo realizado a padres, varones y mujeres de adolescentes de ambos sexos que fue difundido ayer señaló, además, que la mayoría de los adolescentes manifestó que a pesar de saber que a sus padres no les gustaría que se iniciaran sexualmente, lo harían igual sin consultarlos ni avisarles. La investigación destacó que los adultos a la hora de hablar de sexo con sus hijos temen que informarlos pueda dañarlos y tienen la fantasía de que el diálogo propicie la actividad sexual. Otros de los temores que manifiestan los padres es no ser capaces de hablar correctamente de sexualidad por falta de conocimientos y esperan que aparezca un interlocutor más idóneo, ya sea en la escuela o en los medios de comunicación. Andrea Gómez, psicóloga del CELSAM, añadió que “en un tercio de las familias entrevistadas el tema de la sexualidad queda directamente excluido de los diálogos familiares”. Sostuvo que “esos padres deciden no hablar y evitan todos los temas que tengan que ver con el sexo de sus hijos. En ese silencio convive la ambivalencia de sentir a sus hijos muy chicos para hablarles o, por el contrario, muy maduros y conocedores de esos temas”. Otro tercio de los padres encuestados sostiene que hablan con sus hijos de sexualidad pero, en realidad, imparten mensajes dogmáticos y prohibiciones, sin permitir el diálogo y el intercambio de opiniones. Consideró que “un monólogo controlador o un silencio absoluto son estilos no recomendables para cuidar a los hijos” y precisó que “ellos cuando perciben esa postura, se alejan, se cierran y buscan la información por otros medios”, y destacó que “el silencio no impedirá que los adolescentes se inicien sexualmente y tampoco los ayudará a prevenirse de situaciones de abuso”. El informe indicó que el diálogo sobre sexualidad se organiza de una manera particular en cada grupo familiar y es más frecuente que las madres hablen sobre sexo, estén más informadas y se adjudiquen el rol de educadoras, tanto para las hijas mujeres como para los varones. El estudio destacó que al varón se lo impulsa al inicio de la sexualidad genital como un atributo valioso para construir su identidad masculina, no se le enseña a cuidarse y no se le transmite un rol valorizado de la mujer (se le comunica que no debe ponerse de novio y debe estar con muchas chicas para adquirir experiencia). Además, se sigue sosteniendo el mito de que debe iniciarse sexualmente porque tiene “ necesidad biológica”, sin importar con quién lo haga. En cuanto a la sexualidad de las hijas mujeres, los consultados la percibieron como un factor determinante de cómo van a ser valoradas por los demás. Se espera entonces que ellas se preserven de ser dañadas o mal vistas por otras personas y se les enseña que cuidarse implica “cuidarse de que el varón las pueda dejar embarazadas e incluso abandonarlas”. Alicia Figueroa, ginecóloga de la entidad, estimó que “en las mujeres se ha sustituido la idea de la virginidad como valor fundamental por la de iniciarse sexualmente en el marco de una pareja estable”. “Estos modelos de cómo debe ser una mujer y cómo debe ser un varón van forjando una identidad sexual basada en la iniquidad de género”, opinó Figueroa. Para una parte de la sociedad, “la mujer debe postergar su inicio sexual y el varón debe mostrarse deseante y adquirir experiencia”.Sostuvo que “tanto ellos como ellas son estigmatizados en roles estereotipados que los limitarán en su libertad para elegir sus relaciones con conciencia, respeto y cuidado mutuos”.

jueves, 3 de abril de 2014

¿Una buena comunicación entre padres e hijos influye en la posposición de la primera relación sexual? La calidad de la comunicación de los adolescentes con la familia es uno de los factores que influyen en la posposición del inicio de la actividad sexual. Los padres son una influencia clave en la toma de decisiones de los adolescentes en áreas tan fundamentales como los valores, las metas y las direcciones. Los padres ejercen su influencia, tanto a través de lo que hacen, como de lo que dicen. Son los padres los principales y más importantes educadores de los hijos respecto a la sexualidad, sin embargo, les cuesta mucho abordar el tema, porque persisten muchos temores, creencias distorsionadas, mitos, prejuicios y falta de conocimiento para hablar de sexo con los hijos. La propia historia personal, que no siempre es satisfactoria, dificulta aún más hablar. Una situación parecida ocurre con los hijos, pues no se atreven a preguntar por el temor a lo que pensarán los padres respecto a su duda o inquietud y buscan las respuestas por sus propios medios, ya sea por medio de un amigo o amiga, una revista o la internet, obteniendo informaciones que muchas veces no son válidas y no les ayudan a tener conceptos claros y reales acerca del sexo, la reproducción y otros elementos que conforman la sexualidad humana. Para lograr una sexualidad plena y sana en el adulto, es preciso educar a los niños y las niñas en sus primeros años de vida. Es en la primera infancia donde los aprendizajes de normas, conductas y valores morales se establecen y perduran para toda la vida. La familia como agente natural de educación, es la educadora primaria original y natural de los valores básicos y fundamentales de la vida, el amor y la sexualidad.

Es necesario plantear la necesidad de que los/las adolescentes sean apoyados por sus padres/madres para lograr un desarrollo pleno y armonioso de su sexualidad. El objetivo de la investigación fue estimular la reflexión entre los padres/madres sobre conocimientos, prácticas y actitudes sexuales para orientar a sus hijos en el aprendizaje de su sexualidad. El método de investigación-acción participativa permitió afirmar que los padres/madres de la comunidad poseen deficiente y deformada información sexual. Se concluye que existen estereotipos de género, una desinformación sexual y pobre comunicación que repercute en el manejo inadecuado de la conducta sexual en las/los adolescentes. Se deben diseñar programas desde la participación activa de los padres/madres sobre la salud sexual en la adolescencia. El sexo y la sexualidad son aspectos complejos de la vida de todo adolescente para la construcción de su ser; es una dimensión esencial de la persona y está presente desde el momento de la concepción impregnando a todo el individuo en una realidad profundamente personal que lleva a convertir a los/las adolescentes en adultos. Es en la adolescencia donde emerge el fenómeno sexual debido a la necesidad de reafirmación de la identidad sexual y personal lo que conduce a tener en los/las jóvenes un mayor interés en los temas eróticos y sexuales buscando información sobre el desarrollo de sus órganos sexuales, reproducción y acto sexual entre otros. Hoy en día, los/las adolescentes tienen información variable, deformada e insuficiente sobre el sexo proveniente de diversas fuentes como lo es su grupo de pares (otros adolescentes) adultos significativos para ellos/ellas, y de la TV e Internet, pero esta información no se traduce en comportamientos preventivos de las/los jóvenes en sus prácticas sexuales observándose una realidad indesmentible: los/las adolescentes se inician sexualmente en forma cada vez más precoz y si no se toman las medidas necesarias, las tasas de embarazos adolescentes, las infecciones de transmisión sexual, especialmente el virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA), y el aborto de riesgo seguirán siendo frecuentes en el sector juvenil. La familia es la principal institución en la formación de sus hijos y son responsables de que los hijos e hijas se formen exitosamente como seres afectivos, sociales, productivos, intelectuales y sexuales. ¿Acaso la estabilidad de una pareja no guarda relación con la educación y las vivencias sexuales de cada uno de los miembros de un grupo familiar? ¿El gran número de abortos en adolescentes puede desligarse de la educación sexual informal recibida en nuestro país? En nuestra sociedad, la familia mantiene su rol de núcleo fundamental en la educación de cualquier sujeto porque su influencia es decisiva en el desarrollo pisco-afectivo y la conformación de la personalidad de un individuo y por ello no podemos olvidar que la educación sexual constituye un aspecto dentro de la educación integral del ser humano, del cual los padres no se pueden desentender ya que es con ellos con los cuales el ser humano establece lazos estrechos de dependencia y relación, porque son sus primeros maestros. Los padres también son los primeros artífices de la conciencia moral de los hijos y aunque la educación sexual es parte importante de las funciones de los padres y las madres, esta no es asumida adecuada y efectivamente puesto que una buena proporción de padres y madres dejan al azar la educación sexual de sus hijos, evitando asumir una posición proactiva e intencional y delegan en la escuela y en los medios de comunicación esta responsabilidad. Muchos padres piensan que si el hijo asiste a la escuela, ellos se pueden desentender de su responsabilidad en la educación sexual de sus hijos; pero es necesario para el/la niño/a y el/la adolescente contar con el apoyo, la confianza y la comprensión a sus dudas y conflictos, que solo un canal de comunicación afectiva y efectiva entre padres e hijos puede lograr. En consecuencia, en la presente investigación se planteó como objetivo general la necesidad entre los padres/madres de reflexionar sobre los conocimientos, actitudes y prácticas sexuales para orientar mejor a sus hijos puesto que el aprendizaje de la sexualidad es un hecho propio de la vida cotidiana y a través de la familia, el/la niño/a y el/la adolescente reciben permanentemente mensajes tácitos o explícitos, verbales, no verbales a través de los cuales van teniendo una actitud negativa o positiva inconsciente frente a su cuerpo, su sexualidad y la del otro. •Se aprecia una inadecuada jerarquización de valores dentro del grupo familiar influenciado por un sistema de creencias con respecto al rol de género. •Existe una deficiente comunicación y confianza entre padres e hijos. Los/las adolescentes tienen curiosidad pero tienen miedo a preguntarles a sus padres y maestros y estos a su vez no saben como afrontar las preguntas de sus hijos. •Tanto las madres como los padres y docentes tienen escasos conocimientos sobre lo que es la sexualidad. Llama la atención que existe una mayor información sexual por parte de la madre hacia sus hijos especialmente hacia la hija pero es una información más bien de tipo moralista. El padre no facilita a su hijo varón una orientación sexual abierta y pertinente. •Los grupos familiares están representados principalmente por las madres, la figura del padre está ausente o es muy débil en el núcleo familiar.